top of page

Voces de consultorio (2)

  • Silvia Reyes
  • 28 ago 2019
  • 9 Min. de lectura

En el post Voces de consultorio que les compartía tiempo atrás, me declaré una completa fan de las reflexiones tan potentes que tienen mis consultantes en el proceso terapéutico, pues reconozco no sólo como un enorme privilegio el ser capaz de impactar positivamente en la vida de las personas a través de mi trabajo, sino también (y mucho más importante aún), el ser testigo de cómo se va trazando la diferencia entre el día uno y el último de la terapia.

Pónganle el nombre, la cara y la historia que gusten, todas las personas que van a leer a continuación han tenido algo en común: en algún momento de sus vidas sintieron que algo andaba terriblemente mal con ellos, con sus decisiones, sus relaciones o con la vida. Muchos de ellos sintieron sus problemas como una invasión implacable por mar, tierra y aire que, lejos de darles tregua, oprimía de forma tajante sus sueños y esperanzas para el futuro.

Sin embargo, poco a poco a través de las conversaciones, empezamos a cuestionar las voces que los habitaban y que se les vendían como profecías o verdades absolutas, a la par que rescatamos con uñas, dientes y corazón sus saberes locales, saberes que al final les han permitido levantarse como héroes fortalecidos de sus propias historias.

Este puñado de frases apenas son luces microscópicas en el amplio universo de voces que emergen día con día en el espacio terapéutico y que me tocaron física y emocionalmente, tanto que quiero seguir sirviendo como puente entre ellos y ustedes, lectores anónimos de la red, para que conecten lo que tengan que conectar y muevan lo que necesiten mover. ¡Leámonos!

“¿Recuerdas a Forrest Gump cuando decían que la vida era una caja de chocolates? Yo pienso que más bien la vida es una caja de chingaderas, nunca sabes con qué nuevas chingaderas te van a salir”.

Ilustración de Dick Vincent

“La tranquilidad es frágil como un Tamagotchi, está ahí, la ignoras, se te muere y, ¿después qué haces? Por mucho tiempo yo creí que, si se moría, se moría para siempre. No sabía nada de que se podía resetear y tendrías a tu mascota de vuelta. Tienes que revivir a la tranquilidad las veces que sean necesarias, tienes que darle un cuidado, alimentarlo para que te dure cada vez más, tener un cariño hacia ti mismo y dejar de engancharte como te enganchas”.

Consultante hablándose a sí misma: “Discúlpame por ser tan dura contigo, por maltratarte, por no dejarte ser feliz, por buscar siempre un pretexto para que no pienses positivo. Discúlpame por no permitirte expresarte y por no darte voz, por llevarte al límite y destruir tus esfuerzos de querer estar bien.

Quiero darte luz para que aprendas a disfrutar lo que tienes y a aprovechar las oportunidades que se te presenten. Quiero darte luz para que aprendas qué es lo que quieres y no obligarte a ser alguien. Quisiera darte luz para que empieces a decidir, para que seas independiente, para empezar a validar lo que soy”.

“Me siento más firme en mis relaciones, como un árbol que es capaz de darle sombra a los demás. Ayudar a otros calma mi tristeza, mi corazón se conmueve con la gente. Ésta es la piel de mi alma”.

“Hemos sido pedacitos de las voces de los grandes, de sus juegos, de sus apapachos, de sus regaños y de su orden. Yo quiero ser una guía para los niños lo más integral que pueda, hacerles consciente de que se tienen que ganar un lugar en el mundo con el cerebro, con el corazón, siendo buenos seres humanos”.

“Podemos ser mujeres fuertes, independientes y resolutivas, y, aun así, necesitar ser apoyadas, sentirnos vulnerables para no explotar, quiero ser amada como me lo merezco. No a medias”.

“Construye tu casa preparándola para la adversidad, con materiales más fuertes para que las cosas sean más duraderas. Así como en una casa hay que cuidar el terreno donde la construyes y no dejar que las humedades o las grietas la deterioren, así mismo con nosotros: muchas cosas potencialmente pueden dañarnos y las casas de paja no nos protegerán de las tormentas”.

“Nos fortalecemos entre nosotras, porque los demás son como coyotes que nada más están aullando, distrayéndonos de nuestras capacidades, de nuestros conocimientos, de la claridad de pensamiento. Me siento respaldada por fuerza y por justicia. La furia me ayudará a derrotar a mis enemigos”.

“A mí me subieron al ring de las greñas, yo no lo pedí, yo no quería encajar así en la vida de él. Eso es algo que te ciega, el que te digan todo el tiempo que eres tonta, lenta, cuando menos te lo esperas ya te dieron el sartenazo. Los platos rotos que te rompe en la cabeza minan tus valores, tu sonrisa, tus creencias, terminas por ya no creer en ti cuando te das cuenta que la jaula de oro en la que estabas, se convirtió en una casona del terror.

Yo creí que era una persona lo bastante fuerte como para aguantar todo lo que él me arrojara, pero no tengo por qué aceptar el juego interminable de: ‘yo estoy bien y tú estás mal’ ni el consuelo de tontos de: ‘no eres bueno ni malo, sólo me quieres diferente’. No. Sí fuiste muy malo y yo no me lo merecía. No voy a seguir negociando con terroristas, porque la violencia no es normal y no se negocia”.

Ilustración de Raymond Limantara

“Yo crecí en ese ambiente machista, en un contexto de violencia dentro y fuera de la cama… ¿por qué nos toca siempre sufrir a las mujeres?”.

-Consultante: Dudo por los momentos donde hemos intentado y hay algo que no termina de hacer click, porque ya hemos hablado miles de veces, porque ya no es una necesidad estar con él, porque para él ha sido muy fácil hacer las cosas sin pensar en mí, porque no tiene la misma educación que yo en cuestión de valores de cuidarnos a los dos, no sólo a él.

Mientras él pensaba en comprarse una cámara que sólo usaría él, yo pensaba en un viaje para compartir, una comida, un mundo donde pudiéramos caber los dos. Yo quiero pasar mi tiempo con alguien que tenga un objetivo conmigo y en su vocabulario nunca hubo un ‘nosotros’, siempre estuvo primero el ‘yo’: el ‘yo quiero’, el ‘yo necesito’, el ‘yo deseo hacer esto o ir acá’ sin preguntarme si quería o si estaba de acuerdo… en acciones concretas nunca quiso compartir su mundo o su vida conmigo, por mucho que me dijera que me extrañaba.

-Terapeuta: Hace rato me decías que esta decisión de seguir o no con él podría ser tomado como un golpe o una venganza en su contra, pero por esto que dices más bien me suena a que esa parte tuya que siempre duda, en realidad está cuidando algo de ti.

-Consultante: Está cuidando mi tiempo, mi vida, mi felicidad, mi paz mental, mis oportunidades, las experiencias nuevas que puedo tener a lado de mis amigas o con otras personas, está cuidando a mi familia, está cuidando mi dinero, está respetando lo que quiero respetar en mi vida: a mí. Ya invertí mi tiempo, mi mente, mi cuerpo, mi dinero…no sé si quiero seguir cambiando mi paz mental sólo por las cosas bonitas que tuvimos”.

“Él reconocía lo que ni mis papás ni yo veíamos en mí. En el mar de descalificaciones donde estaba, él hacía que al menos una cosa positiva de mí saliera. Tengo aprecio por esa voz, porque salió incluso cuando mi propia voz no estuvo ahí para decirme todas esas cosas. Así fue como él empezó a crecer en mí como un bastón ante el colapso, como un apoyo para enfrentar las crisis. Estoy muy acostumbrada a su presencia cuando me siento vulnerable y ahora no dejo de preguntarme: ¿qué clase de persona segura de sí misma seré si él no está?”.

“Con el tiempo uno aprende a conocer que el amor no se agota ni está diseñado únicamente para sentirse con la pareja. Que está bien tener ese tipo de espacios de amor propio donde tú puedas hacer lo que te gusta, disfrutar hacer cosas nuevas, donde puedas valorar el tiempo que pasas con tus hijos, de escuchar sus inquietudes y apoyarlos”.

“Necesito sostén, sentir coraje. Voy a enterrar en un panteón a esos que me hicieron daño cuando me vieron vulnerable. No los quiero seguir oyendo. Necesito recordar que tengo raíces, que tengo familia, que todos mis antepasados que han ayudado a que yo esté aquí el día de hoy están atrás de mí y me están motivando a seguir. Es tiempo de reconocer que yo también tengo talentos, que yo también soy chingona y que no debo de escaparme de la gente que sí me quiere”.

“Quiero dar amor. Mi amor está agotado. Quiero que el amor sea libre, sea fuerte, que pueda salir con la libertad de poder decir lo que quiero, que disfrute las cosas que estoy haciendo. Por mucho tiempo me he quedado con amor así, como un puño en la boca, con el miedo de qué pasaría conmigo si me dejo arrastrar por él. No he permitido que les cosas se den por ese sentir.

Se dice a sí misma: Ya libéralo. Libera a amor como un mar que es capaz de fluir, aunque no sepas a dónde pueda llevarte”.

Ilustración de Anna Mach

-Consultante: La soledad hace más fuerte a tristeza cuando me dice: ¿para qué buscas a las personas?, ¿para qué demuestras tu amor si no recibes la respuesta que quieres?

-Terapeuta: ¿Qué te imaginas que pasaría si dejaras que las cosas siguieran avanzando como hasta ahora?

-Consultante: Soledad y Tristeza se convertirían en mis compañeros fieles. Voy a seguir esperando ser parte del plan de los demás y a la expectativa de si desean o no incluirme. Voy a seguir sin sentirme libre, sin buscar hacer las cosas que quiero hacer, que sigo trayendo amarradas y que ya necesito soltar”.

“Todos tienen algo. Todos tienen a alguien. El sentirme sola se siente como una mancha voraz, como una humedad que se expande y de pronto ya invadió todo el cuarto. En esos momentos es cuando empiezo a perder el sentido de para qué hago las cosas”.

“Creo que algo se rompió entre nosotros en esa última discusión que tuvimos. Siento como si estuviéramos regresando a ese tiempo donde ella no necesitaba de mí para ser ella, ni yo de ella para ser yo”.

“No puedo entender, ¿cómo es que no me extraña? ¿Cómo te brincas todo lo que tú sientes, cómo dejas de sentir algo por el amor de tu vida?”.

“La respuesta no tiene que llegar de alguien más, no quiero un bote salvavidas, quiero poder sacarme yo de todo esto. Voy a aprender a nadar”.

“No puedes agarrar nada donde no hay nada, es como pensar que tu tesoro más preciado puede estar dentro de una caja vacía. Tengo que valorar más a los que sí están y no a los que me gustaría que estuvieran, pero deciden no estar”.

“Lo amo muchísimo, cuando las cosas están bien es la pareja perfecta. Pero no puedo hacer todo yo. Siento como si hubiera estado subiendo y escalando, o corriendo un maratón cargándolo encima todo el tiempo. No quiero seguir corriendo un maratón que no tiene final”.

Hay que aprender también a soltar las cosas que más quieres, a no aferrarme a lo que amo, para empezar a darle espacio a que nuevas cosas sucedan… no puedo estar siempre al pendiente de si al siguiente paso que dé estaré al mismo tiempo perdiendo cosas, personas, oportunidades que quién sabe si pueda recuperar. Eso no es vida. Quiero soltar… mi terquedad”.

“La gente cree que tiene que seguir sufriendo y sangrando para llegar a los lugares de tranquilidad, y seguir sufriendo y sangrando para mantenerlos, para no perderlos. Vaya patraña. Yo estuve bajo la tormenta, tranquila, y el mundo no colapsó”.

“Quiero que todos sepan a partir de ahora que sí los voy a ayudar con lo que tenga, con lo que pueda y hasta donde quiera darles. Esta niña tiene que crecer y aprender a comunicarse como adulta, aprender a decir 'no' como una adulta sin sentirme por eso una mala persona”.

“Libérate de tus errores, de tus apegos y permite que los demás también se liberen de ti”.

Ilustración de Rebecca Green

“Soy una guerrera que vuelve de una vida en lucha y necesita empezar a sanar”.

“Había muchas cosas a las que temerles, me fui metiendo de a poquito en una burbuja pensando así estaría a salvo. Pero veo que hay muchos tipos de burbujas; las que están llenas de flores y rosas, las de recuerdos viejos y pesados que no te dejan pasar a otra cosa, y una como la mía. Una burbuja de terror, lúgubre, triste y encerrada, de la que por mucho tiempo no salí para no tener que sentir”.

“Quiero fortalecerme de manera integral, quiero estar bien del corazón, en mis conocimientos, en mi mente, físicamente. Estoy cansado de no estar en paz”.

“En este viaje espiritual todos íbamos con la idea de depurar y agradecer. De agradecer las subidas y bajadas, todo lo bueno y lo malo. Verme en el lugar en el que estoy ahora con respecto al año pasado, al de hace hace 6 meses, incluso hace 1 mes. No soy la misma y eso también lo agradezco”.

 
 
 

Comments


bottom of page